8 de julio de 2018

Defender la patria para construir una vida digna

 


Por Carina López Monja *
El 9 de julio de 1816 se declaró finalmente la independencia de nuestro país. Se trataba, después de largos años, de poner en palabras y en acto concreto, lo que se venía gestando desde abajo: un destino común de Patria, la voluntad de ser libres no sólo de España sino de toda dominación extranjera. “Ni amo nuevo, ni amo viejo, ningún amo”. Los pueblos de las colonias españolas de toda Nuestra América desarrollaron una verdadera lucha de liberación nacional y lograron la independencia. Ya entonces estaba presente y en disputa el sentido de esa gesta revolucionaria. El protagonismo de los mulatos, negros, gauchos, pueblos originarios en los ejércitos que peleaban contra los españoles, el proyecto independentista de San Martín, Juana Azurduy, Moreno, Castelli, Belgrano, Monteagudo, Güemes, entre otros y otras, quedó escondido en la historia oficial, el sueño por un verdadero territorio libre, independiente de toda atadura para con los intereses extranjeros, una república de verdaderas y verdaderos iguales.
¿Qué festejamos este 9 de julio con miles y miles de despidos, con una salvaje devaluación de la moneda que licuó los salarios y con un brutal ajuste que hace que la mitad de los niños y niñas que viven en Argentina sean pobres? ¿Cómo hablar de libertad si las decisiones del Ministerio de Economía se toman en las oficinas del Fondo Monetario Internacional en Estados Unidos? ¿Qué festejamos, sabiendo que hay luchadores/as presas por indignarse frente a las injusticias y por intentar construir una sociedad más justa?  Cómo hablar de independencia si el gobierno nos endeuda todos los días quitando autonomía a las decisiones que podríamos tomar?
Esta conmemoracion de la Declaración de la Independencia encuentra a Argentina atada como pocas veces a los intereses imperialistas. Hay poco para festejar este 9 de Julio en un país en el que el costo de vida se eleva dia a dia, los salarios se congelan o negocian a la baja y numerosas familias quedan en la calle. Millones de nuevos pobres, despidos masivos en el ámbito público y privado y un ajuste brutal que se profundiza con el acuerdo con el FMI y condiciona nuestro futuro.
El endeudamiento con la banca internacional tiene como consecuencia el sometimiento a las imposiciones del capitalismo financiero y a sus exigencia de ajuste. Ya lo anunciaron. Es recorte a la educación, a la salud, a la investigación, es mercantilizar todos nuestros derechos.
Lejos de la integración latinoamericana y la soberanía de Nuestra América, el gobierno de Mauricio Macri es el principal promotor de un TLC con la Unión Europea, es la cara visible del realineamiento con Estados Unidos y de hostilidad a los procesos latinoamericanos que venían en curso hace años.
Tras la derrota al ALCA y el proyecto de Chávez y Fidel  para construir una Alternativa Bolivariana para Nuestra América, recuperando los sueños de Bolivar,  Simon Rodriguez, Sucre,  Ezequiel Zamora, San Martin de una patria grande, los intentos del Imperio, con Macri a la cabeza son destruir la Unasur, la Celac, avanzar contra el gobierno soberano y constitucional de Nicolás Maduro para destruir un proceso que lleva años y que involucra no sólo a los gobiernos que promovieron esta integración sino a los pueblos que la defienden.
La crisis del capital que se expresa en crisis energética, ambiental, alimentaria que despliega el militarismo y las guerras por el control de los recursos estratégicos y bienes comunes impide el ejercicio de nuestra soberanía económica, política y territorial y solo puede frenarse con la resistencia y la organización del conjunto de los pueblos del continente.
Las medidas del gobierno de Macri en estos casi tres años tuvieron un efecto destructivo en las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población y día a día la situación se agrava más. No podemos festejar mucho. La “luz al final del túnel” y la promesa de un mejor “segundo semestre” que nos hicieron durante el primer y segundo año de gobierno macrista quedaron en la caja de promesas incumplidas abajo de las promesas de diálogo, de unir a los argentinos y de la pobreza cero. Llegaron al gobierno anunciando una “lluvia de inversiones” y hoy apuestan a que “la clase media de propinas” para reactivar la economía. El tema es que no se trata sólo de la brutal transferencia de riquezas que hace que cada vez seamos más pobres y se profundice la desigualdad. Se trata de la destrucción de nuestra Patria, de la destrucción de nuestro futuro y el de las proximas generaciones.
Sin embargo, en este aniversario de nuestra independencia podemos festejar la rebeldía de nuestro pueblo. De un pueblo que no es sólo argentino, sino que es peruano, boliviano, mexicano, en definitiva que es latinoamericano. Si aún no han logrado avanzar más en el ajuste y la desigualdad ha sido gracias a las inmensas luchas que viene dando el pueblo trabajador. Contra los tarifazos, contra el 2×1 que quería barrer con la lucha contra los genocidas de la última dictadura militar, contra la reforma previsional, entre tantas otras peleas.
Tenemos la urgencia de transformar esta realidad que nos está matando mientras convierten el pais en una inmensa mesa de dinero,entregandonos al juego expeculativo del sistema financiero internacional.  Frente a esto resistimos, sosteniendo firmes las convicciones por las que lucharon nuestrxs revolucionarixs y nuestro pueblo, muchas veces dando la vida en esa lucha. La segunda y definitiva independencia será del pueblo o no será. Para cambiarlo todo, por un destino común antipatriarcal y anticapitalista, para construir una patria socialista.
Las banderas por las que lucharon las y los patriotas revolucionarios siguen pendientes y son las que levantamos como pueblo. Independencia, autonomía, soberanía, pero sobre todo igualdad.
Un pueblo que retoma el ejemplo de obstinación y dignidad de San Martín, Sucre, Bolivar. La lucha frente al imperialismo y al colonialismo,  por la autonomía de nuestros países frente a los intentos de injerencia de parte de los EEUU, la lucha por ser libres. Como dijo San Martín:  Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, menos no defenderla”.
Este 9 de julio celebramos la rebeldía de nuestra pueblo. Ese que defiende a los niños y niñas, que se indigna cuando tocan a nuestrxs viejxs, que recupera su pasado para luchar  por un futuro distinto. Lo hacemos en la calle, sobre la avenida 9 de julio para fundirnos en un grito colectivo que dice Basta.
El tiempo nos corre, porque está en juego la Patria. A defenderla, en unidad, para que nuestra realidad se parezca más a la que soñamos.
* Militante de Pueblo en Marcha y del Frente Popular Darío Santillán.